por PATRICIA ORTEGA, ROCÍO MELCÓN y ALBERTO IGLESIAS FRAGA


martes, 17 de marzo de 2009

Tratamiento y prevención de las enfermedades de transmisión sexual (5.-SIFILIS)

La sífilis es una enfermedad sistémica causada por el Treponema pallidum; se caracteriza por fases de actividad y prolongados periodos de latencia, condiciones que deben ser tomadas en cuenta para el desarrollo y la interpretación de las pruebas de laboratorio. La transmisión se realiza por medio de contacto directo de las membranas mucosas o de las infecciones de la piel con lesiones infectadas húmedas.

El paciente que tiene sífilis acude en demanda de atención médica por signos y síntomas de infección primaria (presencia de úlcera o chancro en el sitio de la inoculación); infección secundaria (sífilis florida, donde sobresale la erupción mucocutánea con lesiones húmedas aparentes, y hay una respuesta sistémica de la infección en órganos como hígado y ganglios regionales), o sífilis terciaria (con compromiso crónico y con afección cardiaca, neurológica, oftálmica, auditiva o presencia de lesiones gomosas). La infección puede reconocerse por la práctica de reacciones serológicas para la sífilis durante la fase de latencia. Se considera como sífilis latente temprana, aquella que se adquirió dentro del año previo a la reacción. Todos los demás casos se consideran como sífilis tardía o de duración no conocida.18

La enfermedad es más frecuente en la población joven y altamente promiscua, que tiene la actividad sexual sin ninguna protección, con cambios frecuentes de pareja, y que puede ser adicta a las drogas.18

La infección del producto in utero ocurre cuando la madre presenta espiroquetemia recurrente periódica, y el feto se puede ver afectado dependiendo de la fase del embarazo. El contagio al nacimiento es posible cuando el producto se expone al canal del parto infectado.19 La población de mayor riesgo se observa en grupos de hombres con prácticas homosexuales y en mujeres que ejercen la prostitución.20,21

La sífilis adquirida se presenta después de un periodo de incubación promedio de tres semanas (10 a 90 días), se inicia con una pápula indurada en el sitio de inoculación, que progresa rápidamente hasta formar una lesión ulcerada simple, no dolorosa, húmeda, indurada, la cual corresponde al chancro. En ocasiones puede haber varias lesiones. La localización habitual son los genitales, pero puede presentarse en el ano, la boca o cualquier sitio de contacto con el treponema. La lesión es autolimitada y cura en 3-12 semanas; deja una cicatriz evidente y se presenta una reacción ganglionar evidente e indolora. Las lesiones húmedas representan la fase más infectante, ya que la secreción que cubre las úlceras contiene una gran cantidad de treponemas que pueden visualizarse en el microscopio con campo oscuro.5,18

La sífilis secundaria o florida se presenta, en promedio, ocho semanas después de la latencia. Se caracteriza por lesiones papulares infiltradas de aspecto rojizo, conocidas como pénfigo palmoplantar; al palparlas se pueden sentir como bolitas duras bajo la piel infiltrada y edematosa. Las mucosas se ven comprometidas por lesiones papuloescamosas y foliculares, y la evidencia más llamativa se localiza en la mucosa oral y nasal, y en el recto.5,18

La sífilis terciaria se caracteriza por lesiones granulomatosas que se pueden encontrar en cualquier órgano o tejido. Prácticamente son lesiones sin actividad y obviamente sin presencia del T. pallidum.5,18

El recién nacido presenta la sífilis florida mucocutánea y visceral. Puesto que la sífilis es una enfermedad tratable, se puede afirmar que la de tipo congénito es producto de la falta del control prenatal durante el embarazo.19

El diagnóstico definitivo es la observación del treponema en frotis directo del contenido de las lesiones húmedas, observadas al microscopio con campo oscuro, o bien, con anticuerpos fluorescentes.2

La transmisión del T. pallidum ocurre sólo cuando están presentes las lesiones húmedas mucocutáneas, que son infrecuentes después del año posterior a la infección; sin embargo, las personas expuestas sexualmente a un paciente que tiene sífilis en cualquier etapa debe ser evaluada clínica y serológicamente.

EXTRAIDO DE: Salud pública Méx vol.41 n.4 Cuernavaca July/Aug. 1999

Autor:Ernesto Calderón-Jaimes, M.C., M.S.P

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